Su padre, Martín Valentín Cabral, era cantor y guitarrero que con el seudónimo de Cruz Lucero recorría la geografía del país; además era compositor de algunos temas de su repertorio. Era muy pequeño cuando ya lo acompañaba en las giras cercanas e incluso intervenía brevemente, apareciendo como canillita con una gorra y diarios bajo el brazo, cantando un tema infantil.
A sus nueve años, ya con mayor formalidad pero siempre acompañando al padre, cantó por pueblos y ciudades del interior. Y llegó el momento importante, cuando alguien pasó el dato y se interesó por él Anselmo Aieta, que lo presentó en su orquesta desde el palco del Café Nacional, de Corrientes 974. Y él mismo contaba que, cuando terminaba la vuelta e iban al descanso, se quedaba para interpretar en el intermedio, tres temas acompañado por la guitarra del padre.
También, actuó en la Munich de la Costanera Sur y, al año siguiente, en el Fritz y Franz, de calle Paraná al 300 con una orquesta de circunstancia.
Llegó el año 1935, cuando Juan D'Arienzo lo incorporó a su nueva orquesta, quedaba atrás el sello Electra y los estribillistas Carlos Dante y Francisco Fiorentino. El joven director hacía varios años que no llegaba al disco. Ese año y, para el sello Victor, se sucedieron doce registros instrumentales. Walter Cabral, con sólo diecinueve años grabó “Silueta porteña”, el 14 de enero de 1936; el 3 de abril el vals “Un placer”; el 8 de mayo “Tu olvido”; el 9 de junio “Irene”. Aquí terminó su performance en el disco.
Por la rutina de D’Arienzo cantó en Radio El Mundo y en el cabaret Chantecler. En septiembre de 1937 se alejó del conjunto. A continuación, formó, con su hermana mayor, el dúo Fedora Cabral-Walter Cabral, se presentaron en Radio Argentina y Radio Prieto y algunos locales nocturnos, pero ella se accidentó con su auto y el dúo debió separarse.
Nuevamente fue requerido por Anselmo Aieta para actuar en el cabaret Bambú, de Corrientes 780. Dentro del repertorio recordaba haber cantado “Palomita blanca”, “Siga el corso”, “Tus besos fueron míos”, “El huérfano” y otros.
El dueño de El Nacional le propuso cantar con una orquesta nueva, la de Recio-Ponchi. Walter aceptó e hizo doblete, al mismo tiempo con ambas orquestas. Y en radio, también, con LS8 Radio Stentor y con LS11 Radio Provincia.
Además, acompañado por Héctor Varela y Emilio Camerano, se presentó como solista en Radio Argentina y en Radio Prieto. Ese mismo año, con exceso de trabajo, surgió un fragmento de su voz cantando un tango en la película El forastero, de Antonio Ber Ciani, estrenada el 3 de noviembre, donde las figuras son Amelia Bence, Irma Córdoba, Pepita Muñoz y otros.
Durante los siguientes años se presentó en diferentes escenarios, hizo una recorrida por el Uruguay y otra por la Patagonia formando parte de una compañía dirigida por su hermana Fedora. Para los carnavales de 1940, viajó a Santiago del Estero incorporado a la Orquesta de Florindo Sassone.
Pedro Vergez, que fuera pianista en la orquesta de Juan Guido e intervino en casi todas sus grabaciones, lo convocó para cantar en su orquesta. Se presentaron en el cabaret Casanova (donde antes estaba el Maipú Pigall, Maipú 318). En 1941 siguieron en el Tabarís (Corrientes 829). En el Marabú (Maipú 365), en el Novelty (Esmeralda 473). En 1942, en la confitería La Armonía (Corrientes 1443).
Al año siguiente, se presentó en ciudades de Brasil, gira que se prolongó por varios meses. De regreso, lo cita Alfredo Gobbi, actuó en el Sans souci (Corrientes 955). Tuvo éxito con los tangos “Percal”, “La luz de un fósforo”, “Ya sale el tren”. Permaneció con esa orquesta hasta fines de 1944, cuando ya tuvo como compañero a Pablo Lozano.
Posteriormente y hasta 1947, realizó una nueva gira por ciudades del sur y de vuelta en la Capital, cantó en la boite La Chumiere (Tres Sargentos al 400) con el respaldo del trío de Ciriaco Ortiz. Entre alguna ida y vuelta, allí continuó hasta 1947, cuando decidió poner fin a su carrera artística con tan solo treinta años de edad.
Walter partió al mundo espiritual en el año 1993.

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